Vivimos en una sociedad que evoluciona a velocidades excesivas, tanto que no da tiempo a valorar lo que ya esta conseguido. Cada vez queremos crecer aun más deprisa, donde los resultados deben de ser inmediatos. Las pérdidas se miden en el no conseguir las ganancias establecidas con anterioridad, lo que otras palabras serian, en no ganar lo pensado y el sacar un saldo negativo es sinónimo de absoluto fracaso. Con lo cual el pasar una hora sin producir se considera fracaso. No importa si hemos aprovechado para evaluar situaciones y adquirir experiencia.
“Cuando Edison inventó la bombilla, no le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, hasta el punto de que un discípulo suyo le preguntó que porqué persistía en construir una bombilla, si tras más de 1000 intentos no había conseguido más que fracasos, Edison, respondió: no son fracasos, he conseguido saber 1000 formas de cómo no se debe hacer una bombilla.”
Este mundo construido encima de una gran burbuja, la paciencia ya no está de moda, el mantener la calma y esperar es de maricones. Sin embargo se premia la agresividad más de la cuenta, se toma como una muestra de valentía, olvidando que los valientes son los primeros en caer en una guerra. Eso de pararse a pensar, averiguar que hemos hecho mal y comenzar de nuevo es de blandos. Lo normal en esta sociedad es enmendar el problema para poder seguir así creciendo encima del, y lo que es peor, pronto nos olvidamos que todo este mundo está hecho a base de parches.
La paciencia en el póker es más que una virtud. No creo ni considero que esta virtud venga heredada en nuestros genes. Si uno no la tiene, se puede entrenar y mejorarla día a día. Es más, no hay más tonto que el que no lo sabe, por lo cual lo más importante seria por empezar a considerar que nos falta paciencia.
Siempre nos encontramos con momentos en los que nos están dando palos por todos lados, que si un pescado nos paga con mierda y liga una mierda al cuadrado, que si el hombre del mazo nos pega en el river, que si runner runner no es una marca de ropa pero nos calienta igual, manos encontradas con cañonazos mejores, no ligamos... Estos tipos de situaciones nos van minando mentalmente y si se concentran muchas de estas en una corta franja de tiempo, la falta de paciencia puede hacer que explotemos y la sangría por exceso de agresividad puede llegar a se histórica. Es que no hay nada peor que un tonto motivado y cabreado.
Ya que saque la anécdota de Thomas Edison, dejo como final de esta entrada unas cuantas frases que vienen perfectas para el tema. Dan mucho que pensar, el tío era un genio, normal que inventara la bombilla.
*Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito.
*Que algo no funcione como tú esperabas no quiere decir que sea inútil.
*Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo.
*Quien no se resuelve a cultivar el hábito de pensar, se pierde el mayor placer de la vida.
*El genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de sudor.
*No sabemos ni un cienmillonésimo de nada.
Suerte y sobre todo paciencia.
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