Hoy he vuelto a hacerlo, se lo tenía merecido y lo dije ¡lol... lucky fish! Es que hay momentos en los que es difícil contenerse y uno explota. Medio minuto después me sentía yo más fish que él, me suele pasar siempre que exploto de ira. Sobre todo cuando lo que hizo mi oponente es lo que yo quiero que haga. Porque no nos engañemos, deseamos que nos paguen con esa porquería. Suelo decir que no se debe insultar ni menospreciar a nuestros rivales, cada uno juega como les vengan en gana, o mejor aún, cada uno hace con su dinero lo que les sale de los h… Siempre buscamos las mejores mesas, y en ellas algún jugador mediocre que nos pague los vicios y de los cuales sabemos que supuestamente es fácil reventarle la caja. Buscamos y buscamos la mano buena contra ellos, pero cuando el que revienta algo es el, nos cabreamos.
Cuando nos hacen saltar por los aires solemos tener dos opciones;
*Levantarnos y coserle una chaqueta nueva, más suave, llamarle de todo menos bonito o enseñarle a jugar al póker para que no nos gane más con mano guarra.
* Como segunda opción, seria levantarnos de la mesa pero esta vez para irnos “no es nuestro día”, recargar nuestra banca para encontrar nuestro día o felicitar al villano por esa jugada maestra con 8-3 por si así le da por repetirla.
Creo que no hay color en la decisión. A este tema he recordado un video grabado en mi retina desde que era muy pequeño y que viene al caso:
Mira que es pegadiza la dichosa canción jejeje…
No hay comentarios:
Publicar un comentario