Uno, dos, tres yo me calmare, cuatro, cinco, seis todos lo veréis.
Cuantas veces habré pensado yo esto, sentado en una mesa. Es raro que me tilde en una mesa y menos en cash. En un torneo me puede suceder, pero casi siempre fruto del cansancio. Pero en una mesa de cash me puede salir la vena en una determinada mano, lo suelo ver y cierro las mesas. Pero como siempre hay una excepción, y la semana pasada viví uno de los episodios más grises en lo que a tildadas personales recuerde. Es extraño y creo que se juntaron varios factores. El primero y común en estas situaciones fue la varianza negativa. Me estaban dando por todos lados, dobles y tríos ligados en turn o en el river con manos ridículas, proyectos casi siempre completados, manos encontradas, continuas resubidas en preflop con malos rangos en mi mano, sin olvidarnos de nuestro mal juego en algunos casos, vamos que unos días para olvidar. El segundo factor y diferencial con lo que suele ser lo normal, era sin duda las ganas por obtener resultados. Esto último venia por haber pasado más de medio mes sin poder jugar debido a mis problemas informáticos. Esto último me cegó y no hice caso a lo que estaba sucediendo delante de mía. Sin duda me estaba tildando poco a poco y haciendo que cometiese errores constantes, perdiendo dinero a cada mano que entraba. Locuras varias como pagar un all-in en un bote inicial pequeño con cuatro cartas del mismo palo en la mesa teniendo yo una trucha. Pagar con rangos pequeños en preflop o llegando a resubir la mano. Y una de las ultimas y mas bestia, meter caja preflop con 88 ante la tercera vez casi consecutiva que me resubia el mismo rival, como no podía ser de otra forma me enseña AA después de instan-call.
Tarde mucho en darme cuenta, a cada mano pensaba que tan solo era una mala racha y que pronto vendrían los resultados. El cabreo y las perdidas crecían exponencialmente. Cuando por fin me di cuenta de lo que estaba haciendo, tarde ya, no me quedo otra que cerrar las mesas y tomarme un respiro. Dos días enteros llegue a estar sin jugar una sola mano de cash y escaso póker en general. La verdad es que me vino de perlas, mi regreso fue lento pero intenso. Al tercer día y en una sesión bestial recupere más de la mitad de las pérdidas. En menos de una semana ya estaba en positivo y a día de hoy olvidado el mal trago. Creo que es bueno, ya pasada la tempestad, recordar lo que ha pasado. Analizar y tomar medidas para que no vuelva a pasar. La principal medida y más importante es la de tener presente estas situaciones. De esta forma, poder detectarla y detenerla cuando sienta los primeros síntomas.
En cuanto al viaje ganado en la LEP, está claro que esta semana no me voy. No tengo respuestas de 888poker, si bien si me he puesto en contacto con un representante de la casa español Iván “Rizzato” y ha recogido parte de mi material para canalizar mi reclamación el mismo. Pues habrá que esperar.
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